Inicio Blog Página 126

El discurso no político de Urresti

imagen-daniel-urresti
La política no es el fin, es el medio por el cual se intenta busca el bien común o la justicia social. Es común oír quejas y lamentaciones de gobernantes que están al frente de una institución del Estado, en donde a pesar de haber creído ciegamente en su intuición de que “obras son amores” la ciudadanía no tiene una percepción positiva a su gestión.

Nuestro actual Ministro del Interior, Daniel Urresti (48%) tiene más aceptación que el presidente Ollanta Humala (24%) e incluso de Nadine Heredia (28%). En mi opinión, la causa de esto se debe al discurso “no político” que transmite el Ministro,  pues si la política no es el fin, entonces el discurso no tiene que ser político.

Sin duda, un gobernante puede tener una buena gestión, pero si su comunicación gubernamental es desastrosa o nula, este difícilmente conseguirá objetivos electorales y mucho menos logrará una percepción favorable a su gestión, pero vemos que a veces la comunicación política es  considerada como algo circunstancial e instrumental.

Urresti con sus expresiones sencillas, claras y a veces con cierta informalidad cumple una de las caracterisiticas de comunicación política, en donde él  establece una conexión directa con la población, como cuando se refirió al caso Orellana – Benedicto Jiménez; “va un gol, falta dos” para luego afirmar “van dos goles falta uno”. Semanas después su nivel de aprobación subió considerablemente, poniendo nerviosos a algunos presidenciables.

Diario Correo
Sábado, 06 de diciembre de 2014

 

Tensión de prensa y poder

imagen-medios

Uno de los más prestigiosos investigadores sociales en Europa, el Francés, Dominique Wolton definió en una de sus publicaciones de comunicación política que existe una tensión directa entre políticos, prensa y ciudadanía, el mismo que se asemeja a una figura de triángulo con lados iguales y cuyos vértices producen una tensión.

Esta tensión genera un equilibrio de fuerzas entre políticos, periodistas y opinión pública, su dinámica mantiene nuestro sistema democrático. Su desequilibrio sería contraproducente para el mismo sistema y esto sucedería cuando uno de los actores trata de acercarse demasiado a uno de ellos.

Por ejemplo, cuando los políticos carecen de una propuesta programática y coherente, estos hacen uso de la demagogia y el populismo para congraciarse y acercarse con la opinión pública que a menudo termina mal. También se puede dar cuando los políticos y los medios de comunicación se acercan demasiado, esto sin temor a equivoco podría pensarse que todo lo que se dice a través ellos es todo lo que existe.

Para algunos nuestra democracia puede entenderse como imperfecta, podríamos incluso no sentirnos identificados o algo fastidiados con la opinión de algún periodista o medio de comunicación, pero tenemos libertad y hay pluralidad para cambiar el dial de radio, leer otro diario o sintonizar otro canal de televisión.

Esta tensión social que debería coexistir se garantiza mientras el corazón de la democracia que es la división de poderes que ello significa tener un poder ejecutivo, judicial y legislativo goce de absoluta independencia.

Diario Correo
Sábado, 29 de noviembre de 2014

 

Sí señor, lo que usted ordene

Imagínese por un momento que un paciente exija al médico el tipo de anestesia o marca de bisturí a utilizar, o quizás aún, quiera exigir el lugar, hora e incluso el personal médico que debería asistir al momento de su operación. En la práctica médica ello no sería posible,  pues estaría en peligro su propia vida, existe un protocolo de trabajo que su incumplimiento es delito.

Lo que puede ser un caso aislado en una práctica médica, esto sucede en algunas instituciones públicas, pues algunos funcionarios aceptan “sin dudas ni murmuraciones” lo que algún impaciente alcalde o presidente regional ordena, claro está, sin medir ninguna consecuencia económica, política, cultural o social, recordemos conflictos sociales como el del aeropuerto de Jauja.

Como podríamos catalogar la decisión del alcalde de Huancayo que redujo el costo por tarjeta de circulación vial a S/ 27.00 en plena campaña electoral, y que luego, dos meses después se restituya el monto a S/. 137.00, motivando paralización de cientos de transportistas como medida de protesta, siendo los más perjudicados estudiantes, docentes, comerciantes y trabajadores.

En enero del 2015 tendremos nuevas autoridades locales, y seguramente habrá favores políticos que cumplir. ¿Cuántos flamantes funcionarios se atreverán a decir No? frente a un capricho o promesa electoral de alcaldes como la eliminación de impuestos a transportistas, licencias de funcionamiento a giros especiales, construcción de parques de cemento en alusión a cualquier tema, proyectos que podrían ser inviables, pero vemos que todo sea por el populismo.

Diario Correo
Sábado, 22 de noviembre de 2014

Ni con Dios, ni con el diablo

Es posible que en estas semanas después del cuatro de octubre, este proceso electoral marcará una de las páginas más pintorescas de la historia política en nuestra región, pues por primera vez, más de ochocientos mil electores elegiremos al presidente regional en una segunda vuelta.

Llevar a los hijos al colegio, subir a un taxi para ir o retornar del centro de trabajo, quizás tomarse un café con algún amigo o familiar, en estos días tiene algo en común, el dilema es de saber, ¿Por quién votar para la segunda vuelta?

A tan amena conversación que puede suscitarse, la preocupación difícilmente llega a un consenso, pues los comentarios van que si uno tiene denuncias periodísticas el otro no hace mucho esfuerzo en ser parte de titulares en medios de comunicación, donde la sombra sobre presuntos actos corrupción acapara el centro del debate electoral.

Empero, no se trata de quien gana o pierda una elección, pero algo que deberíamos tener en cuenta al momento de emitir nuestro voto, es que gobernar en una sociedad tan compleja como la nuestra, con población en sierra y selva, es y será una tarea muy difícil. Pues al día siguiente que gana una elección un gobernante, este se convierte en culpable de todo.

Y si el título de una película peruana de 1990, recuerda el dilema que vivieron miles de familias, hoy podemos ver con optimismo que finalmente en libertad podemos dialogar, reflexionar y quizás discutir, pero lo hacemos en libertad para elegir para presidente regional entre el señor Unchupaico o Vladimir Cerrón.

Diario Correo
Sábado, 15 de noviembre de 2014