Muchas de nuestras decisiones en nuestra vida diaria están sujetas inevitablemente a múltiples motivaciones y de cuyas consecuencias, si se tienen éxito podemos deleitarnos, o quizás, lamentar cuando la decisión no fue la adecuada.
Sería ideal no equivocarnos, pero la incertidumbre se agudiza cuando no se logra identificar con acierto cuando tenemos un “problema”, si estamos frente a un “dilema”, o no queremos asumir que por su propia naturaleza es una situación que no se puede solucionar una “condición”. Esto se da incluso en un tema sentimental, familiar y laboral.
Si asumimos que estamos ante un problema, debemos considerar que todo problema si o si tiene una solución. En tanto, un dilema por sus propias características y alternativas, puede entenderse a nivel organizacional, que los dilemas se gerencia o gestionan. ¿Pero cómo? Ante un problema o dilema el éxito en muchos casos depende del talento humano.
¿Y cuándo se está ante una condición? Un ejemplo podría ser cuando una persona en silla de ruedas pretenda enfocar como un problema su limitación física para jugar el futbol (balompié), siendo su caso y por su propia naturaleza ya una condición, y una condición hay que asumirla tal como es, enfrentarla y no tratar el tema como si se estaría ante un problema o un dilema, su tratamiento es diferente.
La población espera de nuestras flamantes autoridades (regionales y municipales) que asuman con responsabilidad el encargo que por voto popular lograron, que los dilemas no se conviertan en grandes problemas (transporte, residuos sólidos y seguridad ciudadana), sino de lo contrario en grandes soluciones.
Diario Correo
Domingo, 04 de enero de 2015