Una más de las acciones por la que recordaremos a nuestro pintoresco gobernador regional de Junín, Ángel Unchupaico, es sin duda alguna, por la manera como utiliza las placas recordatorias en obras ya concluidas por sus antecesores (cambio de nombre y puesta en marcha, es parte del texto de la nueva placa del Hospital, ahora Dr. César Damarini Caro en Chanchamayo).
Pero más allá de remplazar placas, cambiar nombres o poner en marcha obras que supuestamente están paralizadas (por su propia naturaleza tendrán que concluirse tarde o temprano), creo que no es ético irrogarse pomposamente obras que no fue de su iniciativa. A este paso, solo falta que se haga algunas modificaciones o termine el puente “Comuneros”, se cambie la placa recordatoria, se pinte con colores sostenibles y coloque otro texto que refiera una nueva puesta en marcha.
Pero cuidado, no es un tema a exclusividad del gobernador regional, es algo recurrente en casi todas las gestiones municipales que recién se hacen del poder. Dejan de lado obras de sus antecesores, aduciendo mal formuladas y presupuestadas, tratan de persuadir a la población que hubo corrupción, que los que dejaron la anterior gestión, desfalcaron sus municipios y como ellos son transparentes, dejan todo en manos de la justicia. Se olvidan que la justicia solo hay en el cielo.
Luego de algunos años, el caso se archiva en el Poder Judicial y los acusados vuelven a la escena política, claman inocencia, pero ya el tiempo transcurrió, la inversión (miles de soles) se perdió y otra vez aparece el péndulo del poder y otros actores son ahora los acusadores.
Domingo, 19 de julio de 2015
Diario Correo