Nadie sabe en qué puede terminar las diversas imputaciones que se le hace a la pareja presidencial (Ollanta – Nadine), especialmente en el escenario político y quizás también en el tenebroso terreno judicial, claro está, de comprobarse la autenticidad del contenido de las agendas sobre la sutileza de como organizaba su ayuda memoria la primera dama.
Sin embargo, “chapa tu chorro” y la aparición de “granadas” (hacen lo suyo) para distraer a la opinión pública. ¿Qué más vendrá? En un país que enarbola instintos animales para hacerle frente a la inseguridad ciudadana, cualquier cosa puede suceder. Mientras que en Estados Unidos la ciencia discute sobre innovación tecnológica (vehículos sin conductores para reducir accidentes de tránsito), en el Perú se impulsa campañas de barbarie. ¿Habrá algún titiritero detrás?
Seguramente, ya con una aprobación del 13%, el gabinete Ministerial sin norte, sin respaldo de la propia bancada oficialista (véase tema sobre el Lote 192), solo demuestra que el gobierno de Ollanta Humala fue un fiasco y salto al vacío. Y es posible, que algún tipo de responsabilidad política recaerá en el presidente, pero no en sus aliados y militantes que le ayudaron a gobernar, casi todos se subieron al barco cuando llegó al poder y como es natural, también saltarán cuando este se hunda. Algo muy diferente a lo que ocurre en un auténtico partido político de bases.
Al concluir su mandato y con los demonios dentro y que no le deja en paz (denuncias de corrupción y escándalos mediáticos), ya entramos a la etapa de campaña electoral para saber quién será el próximo gobernante. Ya conocemos a keiko, PPK, García o Toledo, pero creo que el Perú ya no debería dar saltos al vacío.
Domingo, 14 de setiembre de 2015
Diario Correo – Huancayo