Desconexión social: ¿Hacia un populismo emergente?

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En medio de los estragos provocados por los efectos colaterales del fenómeno del niño en la sierra central del país y el desenfreno de los carnavales, la política peruana parece estar sumergida en su propio torbellino mediático. Mientras miles de agricultores enfrentan dificultades, los políticos y los medios nacionales se ven envueltos en una batalla mediática.

En este caos político, las explosivas declaraciones del ex asesor de la fiscal de la Nación, Jaime Villanueva, han tomado el protagonismo mediático. Si bien es cierto que estas acusaciones podrían generar un cambio en el tablero político, no deberíamos perder de vista que este tipo de confrontaciones solo perpetúan la inestabilidad política.

Las declaraciones de Villanueva abarcan todos los frentes políticos, señalando a figuras del fujimorismo de intervenir en la fiscalía para obtener beneficios políticos y acusando a periodistas como Gustavo Gorriti de influenciar en la labor de fiscales. En esta guerra, ambos sectores construyen enemigos comunes para fortalecer sus defensas políticas.

Si esta confrontación persiste, existe el riesgo de que la población se canse de la pelea constante entre políticos y busque soluciones fuera de los círculos tradicionales. La insatisfacción con la democracia en Latinoamérica y la creciente desconexión política son terrenos fértiles para el surgimiento de líderes populistas, ya sea de izquierda o derecha.

Un ejemplo palpable de este fenómeno se observa en El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele fue reelegido a pesar de las críticas de autoritarismo sobre sus métodos para alcanzar el poder. Sin embargo, la población salvadoreña parece priorizar la resolución de problemas como la reducción de la delincuencia, por encima de las formas legales o ideológicas.

Es crucial entender que, para muchos ciudadanos, lo que importa no es el color político, sino la capacidad de los líderes para abordar sus preocupaciones diarias. La población podría estar dispuesta a respaldar a aquellos que ofrezcan soluciones tangibles, incluso si eso implica apartarse de los cánones democráticos.

En este contexto, los políticos deberían reflexionar sobre el peligro que implica la desconexión entre la clase política y la ciudadanía. Ignorar las necesidades reales de la población podría abrir la puerta a liderazgos populistas que podrían socavar la democracia.

Domingo, 11 de febrero del 2024

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