Autopistas y trochas políticas en Perú

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El panorama político en Perú está en un estado crítico, con la desaprobación de la presidenta Dina Boluarte y el parlamento alcanzan niveles alarmantes de más del 90%. Nueve de cada diez peruanos rechazan su gestión, lo cual refleja un profundo desencanto con su trabajo como políticos. La política es comunicación, pero, más allá de eso, es conexión con la realidad y preocupaciones de la gente. ¡Autopistas y trochas políticas en Perú!

La baja aprobación no es un problema de comunicación o acoso de la prensa; es un reflejo de la desconexión con las necesidades y expectativas de la población. ¡Cuidado que se abone terreno fértil para el caos!

En este contexto, el parlamento ha decidido emprender una cruzada para eliminar competencia como los movimientos regionales con el argumento que debilitan a los partidos políticos. Sin embargo, esta movida parece ser más un intento de eliminar adversarios y fortalecer a las ya desacreditadas organizaciones políticas que dominan el parlamentario actual. Este intento de centralizar el poder político hacia partidos desgastados podría tener consecuencias desastrosas.

Recientemente, también se intentó aprobar una ley para impedir la candidatura de Antauro Humala, un líder radical. Este intento, que falló por falta de consenso, ha terminado por darle una publicidad gratuita a Humala, fortaleciendo su imagen en vez de debilitarla. Estos movimientos legislativos no solo muestran una falta de visión política, sino también una desconexión con el impacto de sus acciones.

El parlamento parece estar enfocado en construir una «autopista electoral» que beneficie sus propios intereses, olvidan que, en el interior del país, los movimientos regionales operan a través de «trochas electorales» que han sido efectivas en movilizar el voto y participación ciudadana.

En el proceso electoral del 2022, los partidos políticos no lograron organizar candidaturas en todas de las 25 regiones, y mucho menos en provincias y distritos. Si se eliminan los movimientos regionales y los partidos no pueden llenar este vacío, ¿qué sucederá? ¿Acaso algunas localidades podrían quedar sin autoridades electas?

La idea de eliminar competencia electoral no solo es imprudente, sino también miope. En lugar de debilitar adversarios, deberíamos fortalecer los mecanismos de participación democrática que han dado voz a las regiones. ¡Autopistas y trochas políticas en Perú!

Domingo, 16 de junio del 2024

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