¿Será el fin del fujimorismo?

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La reciente muerte de Alberto Fujimori, líder del fujimorismo, plantea una pregunta: ¿será el fin de uno de los movimientos políticos más influyentes y controversiales de la historia reciente del Perú? A los 86 años, Fujimori falleció dejando un legado que divide a los peruanos. Para algunos, fue el salvador que derrotó al terrorismo de Sendero Luminoso y controló la hiperinflación; para otros, fue el autoritario que cerró el Congreso, corrompió instituciones y violó derechos humanos. ¿Será el fin del fujimorismo?

Sin embargo, para comprender el futuro del fujimorismo, es necesario evaluar tanto su pasado como el contexto político actual. El fujimorismo nació bajo circunstancias del fin de la bipolaridad ideológica. El muro de Berlín ya se había caído en 1989. Fujimori se alzó como un outsider, venció al prestigioso escritor Mario Vargas Llosa en las elecciones de 1990, y bajo su mandato enfrentó la violencia terrorista de Sendero Luminoso que no solo lo derrotó, sino que también estabilizó la economía. Esta combinación de logros políticos lo consolidó como una figura política fuerte, pero también abrió la puerta a su autoritarismo.

La sombra de su autoritarismo, que incluyó la corrupción masiva del sistema judicial y de los medios de comunicación, debilitó significativamente la credibilidad de su gobierno. A pesar de esto, para una parte de la población, especialmente aquellos que vivieron la violencia subversiva de los años 80 y 90, Fujimori sigue siendo un héroe. Por lo que, no sorprende que cientos de personas acudieran a su funeral, no solo para despedir al líder, sino también para mantener vivo el ideal del fujimorismo.

Sin embargo, su muerte plantea la cuestión de si el fujimorismo puede sobrevivir sin su líder. Tal como lo señaló Víctor Raúl Haya de la Torre cuando se le preguntó sobre el pacto del APRA con Manuel A. Odría, los movimientos políticos llevan el nombre o inspiración de un caudillo tienden a desaparecer con él. El odriismo se desvaneció tras la muerte de Odría, y muchos se preguntan si lo mismo sucederá con el fujimorismo. ¿Podrá Keiko Fujimori o algún otro heredero político mantener el movimiento con vida?

El fujimorismo enfrenta hoy un escenario político más adverso que nunca. Las generaciones jóvenes, aquellas que nacieron después del 2000, tienen una visión distante de los logros de Fujimori y están más informadas de los aspectos oscuros de su gobierno. Además, en un mundo donde el liberalismo económico se ha asentado y donde las amenazas del pasado como el terrorismo de Sendero ya no son una realidad tangible, el discurso fujimorista se pone a prueba. Los nuevos votantes buscan soluciones a problemas actuales.

Aunque el fujimorismo ha sido una fuerza política poderosa durante más de dos décadas, la muerte de su líder pone en duda su continuidad. Si bien el partido aún cuenta con una base de simpatizantes y bancada parlamentaria la conclusión final es, a la muerte del caudillo, muere el partido.

Domingo, 15 de setiembre del 2024

Alberto Fujimori candidato presidencial

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