Es la estrategia política, no improvisación

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En el complicado escenario político peruano se perfila como uno de los más saturados de la región, con más de 50 organizaciones políticas probablemente compitiendo en las elecciones de 2026. Esta sobreoferta de partidos nos invita a preguntarnos: ¿qué motiva la proliferación de políticos? Una interpretación idealista sugeriría que Perú es el baluarte de la libertad democrática en América Latina, donde las oportunidades para elegir y ser elegido florecen sin restricciones. ¡Es la estrategia política, no improvisación!

Sin embargo, la realidad podría ser más pragmática: en los últimos 20 años, el presupuesto del Estado peruano ha crecido un 700%, un atractivo tentador para quienes buscan el poder. Al dejar de lado los motivos económicos, lo que debe discutirse con mayor urgencia es la estrategia electoral.

Muchos candidatos se aventuran en la política con poco más que buenas intenciones y la creencia de que su preparación o inteligencia es suficiente. Sin embargo, la cruda realidad es que ser el más preparado no garantiza ganar una elección.

Una de las lecciones más importantes que deberían aprender los aspirantes a cargos públicos es que no se trata solo de quién es más competente o tiene más recursos. Si nadie te conoce, tus posibilidades de éxito son mínimas. La visibilidad es crucial, y esta se construye con el tiempo y la estrategia, no de la noche a la mañana.

Aquí radica el valor de diseñar una estrategia electoral. Muchos candidatos podrían ahorrarse miles de soles y tiempo si realizan un estudio de mercado antes de lanzarse. ¿Conoces a tu público? ¿Sabes cómo llegar a ellos? Estas son preguntas básicas que muchos ignoran. La improvisación, por muy bien intencionada que sea, rara vez resulta en éxito.

Además, es fundamental contar con un equipo experimentado. Los amigos y familiares que te rodean en momentos de entusiasmo no sustituyen la experiencia de quienes ya tuvieron victorias y derrotas. La organización y estrategia no son opcionales; son esenciales para competir con un mínimo de posibilidades de éxito. ¡Es la estrategia política, no improvisación!

En última instancia, lo que se necesita no es solo el deseo de postularse o la ilusión de aparecer en los afiches de campaña. Lo que realmente se requiere es un plan, una estructura y una profunda comprensión de lo que significa competir en el complicado, pintoresco y competitivo entorno político.

Domingo, 8 de setiembre del 2024

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