«Es la economía, estúpido». Esta icónica frase de James Carville, asesor del expresidente estadounidense Bill Clinton, quien sostenía que la suerte de la política era la economía ha resonado durante décadas en la mente de políticos. Sin embargo, a medida que examinamos el panorama político y económico en diversos países, queda claro que la realidad es mucho más compleja.
La idea de que la prosperidad económica o afirmar que “obras son amores” garantiza el respaldo popular es una falacia que la mayoría de políticos repiten ingenuamente. Pero, ¿es realmente cierto que una economía en crecimiento es suficiente para asegurar un buen gobierno? La respuesta, como lo demuestran los eventos recientes en Perú y Argentina, es no.
En Perú, hemos sido testigos de un crecimiento económico constante durante más de dos décadas, con inflación controlada y presidentes que prometieron progreso. Sin embargo, a fines del 2022, mientras el precio del dólar se acerba a cuatro soles el país se vio sacudido por la caída del expresidente Pedro Castillo. ¿Será que la incertidumbre económica que tocó la puerta de la casa de los peruanos?
Cuando una crisis, ya sea económica, social o natural, golpea a las familias, es entonces cuando se empieza a buscar culpables, y los políticos son los primeros en recibir la mirada acusadora. El aumento del precio del limón en Perú podría ser un ejemplo ilustrativo. Mientras las redes sociales se llenaban de memes sobre este tema, la explicación varia desde la falta de lluvias hasta problemas de producción. ¿Se culpará a los políticos?
La frase de Carville, aunque ingeniosa, no toma en cuenta la complejidad de la política. No podemos reducir la evaluación de un gobierno a cifras económicas para obras. La gestión gubernamental abarca mucho más que la capacidad para hacer más obras. Incluye la capacidad de un gobierno para responder a desafíos imprevistos, garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.
Miremos a Argentina, donde la inflación económica es un problema crónico. A pesar de las dificultades económicas, el sistema político argentino ha demostrado ser increíblemente resistente a los cambios o crisis económica. Esto nos muestra que la relación entre política y economía es mucho más complicada.
Si bien la economía es importante para traer recursos para más obras, no es la única consideración que la valora la población.
Domingo, 03 de setiembre del 2023
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