Por estos meses, los peruanos tuvieron la mirada puesta en la elección de sus autoridades localesy regionales. Y, por un momento, el gobierno del presidente Pedro Castillo resultó ser el más beneficiado por el respiro político que obtuvo de manera circunstancial. En realidad, pocos prestaron atención a los últimos acontecimientos de su gobierno. ¿Alguien se acuerda sobre lo que dijo en su último viaje al exterior?
En tanto, la oposición política todavía no logra su propósito de articular los votos necesarios, en el parlamento, para plantear una eventual vacancia presidencial. Es decir, los políticos de oposición a pesar de tener una amplia cobertura mediática no logran su cometido mientras el gobierno navega de crisis en crisis.
Sin embargo, la vida política y democrática de los peruanos sigue su curso. Dentro de una semana, los peruanos elegirán a más de 1800 alcaldes (entre provinciales y distritales) y 26 gobernadores regionales. Y, después del proceso electoral, el país tendrá un nuevo mapa político, con lo cual, se abre una posibilidad de una nueva negociación política con otros actores políticos provenientes desde las regiones del interior y fuera de Lima.
Es muy probable que en la próxima reconfiguración política los partidos políticos con representación parlamentaria perderán peso político debido al desgaste que adquirieron. Los liderazgos individuales de la mano de movimientos regionales tendrán un especial protagonismo y, de hecho, serán convocados y seducidos por la sensualidad del poder desde el gobierno central. No pensar en esa posibilidad, es ingenuidad política.
El gobierno del presidente Pedro Castillo gana tiempo y espacio político debido al proceso electoral que distrae al electorado. De la nueva reconfiguración política tendrá la posibilidad de mirar hacia un horizonte que le permita terminar el segundo año de su mandato a menos que la justicia y un eventual juicio político impida ese propósito.
Domingo, 25 de setiembre del 2022
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