El ataque político en Perú

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“Romántico sí, pero niño no”. Con esa expresión directa al blanco respondió el exministro Mariano González al Congresista Elvis Vergara, de las filas de Acción Popular, durante el interrogatorio de la Comisión de Fiscalización del Congreso.

Mariano González más conocido como el ministro del amor, respondía certeramente a un provocador ataque emocional durante el interrogatorio en el parlamento peruano. Y, muy al margen de las acusaciones en contra de gobierno de Pedro Castillo que realizó el exministro del Interior, el titular de prensa que más quedó remarcado fue, “Romántico sí, niño no”. Toda una respuesta a las acusaciones de corrupción de algunos parlamentarios.

Sin embargo, en la política peruana es muy frecuente observar diferentes ataques entre adversarios políticos. Algunos furibundos ataques tienen necesariamente el pintoresco componente de la ironía política.

Ahora bien, ¿sirve de algo atacar verbalmente a un adversario? ¿Es conveniente atacar durante una campaña electoral o en la etapa de gobierno? Puede resultar favorable, durante una etapa electoral, si es que se logrará conseguir más votantes a consecuencia del ataque. Es decir, aún si el ataque es certero sólo podría servir para llenar de egos emocionales y entusiasmar a simpatizantes. No para ganar una elección.

Y durante la etapa que corresponde gobernar, muchos políticos tienen la fastuosidad política de atacar constantemente a todo adversario que se le cruce en su camino e incluso a periodistas que no simpatizan con sus ideas. Y vuelve el tema. ¿Servirá de algo la embestida política? Claro que sí, siempre que se logre conseguir más adeptos o aceptación popular.

El gobierno de Pedro Castillo tiene a Aníbal Torres como Primer Ministro quien tiene un interesante esgrima verbal que cumple el rol de autodestrucción de confianza y credibilidad ante la opinión pública. ¿Servirá de algo el ataque político del gobierno?

Domingo, 24 de julio del 2022

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